Si alguien te preguntara, ¿Cuál es el trabajo de tus sueños? Probablemente es que respondas: ser mi propio jefe. Esta idea es un pensamiento que al menos una vez en la vida ha rondado por la cabeza de muchos; pensar en la libertad de tiempo, libre de la presión laboral, y el ser independiente con autonomía, es con lo que se suele fantasear a menudo.
Sin embargo, la realidad y el sueño en ocasiones es distante, pues emprender un negocio no es tarea sencilla porque involucra una serie de habilidades a desarrollar y de mantener. Es por esto que hemos preparado una serie de recomendaciones que pueden ayudarte a cimentar las bases para montar tu propio negocio.
1.- Antes de emprender conoce tus números
Conocer lo que cuesta montar y operar un negocio (independientemente del tamaño de este) es parte vital. La renta, luz, agua, limpieza, insumos, nómina, desperfectos, imprevistos, material de promoción, entre otros; es necesario tenerlos programados y proyectados en tres meses para generar un mapeo en el negocio que funcionará como un auxiliar para alcanzar objetivos estratégicos. De esta manera será sencillo de visualizar no solo por su capacidad, sino por el potencial que te ayudará a enfocarte en esos detalles que pueden exponer a tu negocio en una situación de vulnerabilidad.
2.- Al mal tiempo, buena cara
Seguramente has escuchado la expresión “Vacas gordas todos contentos, vacas flacas todos desanimados”. Adoptar una actitud positiva ante una situación desagradable es clave para que las ventas u operaciones fluyan de óptima manera, esto hará que el ánimo se mantenga y no decaiga, ya que puede afectar seriamente la estabilidad emocional del líder, y así mismo, el ánimo de los colaboradores.
Sabemos que es difícil, pero definitivamente aquí es donde se demuestra el carácter. En este sentido ir tomando nota de cada proceso nos auxiliará a predecir que puede suceder, y con base en esto, prepararse para que el golpe sea lo menos perjudicial posible.
3.- Calidad en atención al cliente
Todos hemos sido clientes alguna vez, y es que es una grata experiencia cuando nuestras necesidades más allá de ser satisfechas, nos otorgan una experiencia de vida. Aprender a atender al cliente es básico para que este regrese: conocer su nombre, sus gustos, desearle un gran día, hacer más amena su estancia en el negocio como ofrecerle un regalo de cortesía, son detalles que harán que esa persona considere siempre pasar por tu negocio, y ¡OJO!, también es importante no dejar afuera los productos que al cliente le interesan para comprar.
4.- Antes de ejecutar conoce tu estrategia
Conocer la estrategia para tu negocio hará la diferencia para que los clientes te visiten a ti y no a la competencia.
Entre tus básicos de básicos, el monitorear lo que tu competencia está haciendo es clave para apreciar la forma en que estos atienden, en que venden, como lo venden, a que sabe, cuanto vale, como se ve, si está limpio, la actitud de los que atienden y si cuentan con formas más ágiles de realizar pagos; con base en esos detalles, analizar tu propio negocio ayudará en mejoras de la calidad del producto o servicio que ofertes.
5.- Ten claro tu propósito
El propósito es algo fundamental, pues en este punto vamos a entender para que montamos el negocio. Si tu propósito es hacerlo exitoso y que este llene tus necesidades de vida o supere estas es sumamente válido.
En internet encontrarás decenas de videos que te dirán que te debes volver millonario, y que ese será el más grande éxito al que tienes que aspirar; si tu propósito no es ese y solo deseas mantener con éxito tu negocio para que te genere las ganancias para vivir como deseas, recuerda que es válido, el simple hecho de mantener un negocio abierto ya es un éxito. Por otro lado, si tu meta es ir abriendo más negocios o sucursales, entonces tu propósito empezará a cambiar junto con la estrategia para llegar a esa meta.
Recuerda que lo más importante es mantenerse en el juego y para que esto suceda, es necesario aprender a integrar y desarrollar en nuestra formación de “emprendedor” una visión con ojo crítico.
