El proceso de adaptación durante la pandemia trajo consigo el aceleramiento del proceso de digitalización en distintas áreas como la educación, el trabajo y las finanzas. Por ello, la banca abierta (Open Banking) obtuvo importantes avances a nivel nacional e internacional.
La reactivación económica durante 2021, luego de una intensa jornada de vacunación en las principales ciudades de México, supuso para la banca abierta una mina de oportunidades basadas en las nuevas estrategias para prevenir nuevos contagios. Actividades relacionadas con el comercio, la construcción, el turismo o la cultura encontraron en la banca abierta una opción ideal para el desarrollo de sus causas.
“El encierro prolongado hizo a todas las industrias replantear los modelos en los que basaban funcionamiento. Lo que había resultado antes de la pandemia, ahora carece de valor, pues no se trata únicamente de sortear la ‘nueva normalidad’, sino de integrarse a un sistema que está revolucionando el mundo para siempre: la banca abierta”, señala Nick Grassi, Co-Ceo de Finerio Connect, empresa mexicana de Open Banking.
Al mismo tiempo, Open Banking se ha configurado como un área de oportunidad para aumentar la actividad bancaria a través de plataformas digitales. Por ejemplo, de acuerdo con el Panorama de Inclusión Financiera 2021, las transacciones interbancarias digitales mostraron un incremento, al pasar de 146% a 160% como porcentaje del PIB, del cuarto trimestre de 2019 al mismo periodo de 2020.
Alrededor del mundo, la banca abierta se posiciona como elemento clave para la realización de cualquier movimiento bancario. En Europa, por ejemplo, las finanzas integradas fueron tendencia a causa de la consolidación de la regulación PSD2, impulsada desde 2019, que con el consentimiento del titular de una cuenta, obliga a los bancos a otorgar a un proveedor externo (TPP) acceso a su información financiera.
Con el ejemplo europeo, otras regiones del mundo comenzaron a desarrollar sus ecosistemas de banca abierta. En algunos casos, como en Australia, Brasil y Sudáfrica, los gobiernos han comenzado a implementar una legislación para regular el Open Banking.
Retos y oportunidades
En México, la regulación para la banca abierta ha tenido avances; sin embargo, aún hay pendientes sobre la mesa, en particular los temas relacionados con la manera en la que se producen estas prácticas. Las actuales disposiciones publicadas en la denominada ‘Ley Fintech’ desde junio de 2020, marcan la obligación que tienen todas las entidades financieras de compartir e intercambiar datos públicos, transaccionales y agregados.
A pesar de estos desafíos, durante 2021, la banca abierta ha dado muestras de que su llegada ha modificado para siempre la forma en que se desarrolla el ecosistema financiero a nivel mundial.
También durante agosto de 2021, México cobró relevancia en temas de banca abierta, al obtener el primer lugar en Visa Everywhere Initiative otorgado a la startup mexicana Finerio Connect. Más tarde, en septiembre, Visa también otorgó a Finerio Connect el segundo lugar, pero esta vez a nivel mundial, siendo ésta la única empresa Latinoamericana en competencia.
“El modelo de la banca abierta ha modificado la forma en que se conciben las finanzas, en un proceso sin retorno. El futuro de la banca es abierto. Lo que el Open Banking busca es generar mayor transparencia, agilidad e inteligencia en la apertura de cuentas y créditos, fomentar nuevas sinergias y generar un acceso más justo e inclusivo a las finanzas digitales”, concluye Nick Grassi.
En general, la industria financiera prevé que la adopción de los ecosistemas de Open Banking en todo el mundo se extienda en los próximos años, por ello más países comenzarán a conecterse a medida que los beneficios del sistema se conozcan entre los reguladores, las instituciones financieras y los usuarios.